¡Que frío!
¿A quien se le ocurre poner un partido en el pabellón del 3-4 a las diez de la mañana?. Y para rematar la faena llueve. Así es imposible......
Cuando llegamos al pabellón son poco más de las nueve, llueve y las temperaturas no son precisamente agradables, jugar en esas condiciones ya se supone que va a ser difícil pero al menos nosotros ya sabemos que nos esperaba. Un poco de pena siento por los jugadores del equipo contrario que no saben donde vienen a jugar.
Casi no recordaba al equipo contrario, pero cuando los veo pasar junto a nosotros me dí cuenta que tienen poca altura y poco físico, se les nota que son infantiles de primer año y aunque en su campo les ganamos con facilidad, siempre me acuerdo del primer año que tuvimos que jugar contra equipos muy superiores a nosotros y como hemos ido mejorando. El año próximo en cadetes volveremos a pasar por lo mismo, pero con una diferencia, ya llevaremos dos años más a nuestra espalda.
Yendo al partido este empieza fácil para nosotros y con un Víctor Granados que se aprovecha de su altura y de la experiencia que va consiguiendo cada partido, sacamos una ventaja de tres goles que nos da la idea de como irá el partido. Quizás eso lo pagáramos durante el resto del tiempo. Poco a poco los jugadores del equipo contrario van entrando en el partido y la diferencia queda estancada en esos tres-cuatro goles de diferencia que marcamos en los primeros minutos. El equipo muy impreciso, desde luego no tiene nada que ver con otros partidos que hemos jugados, ya que a la falta de tino, se suma la falta de intensidad. Van pasando los minutos, e incluso, lo hacen bastante rápido, no porque nos estuviéramos divirtiendo, más bien, porque no había casi ni paradas en el juego por no hacer no hacemos ni faltas.
Llega la segunda parte y el sabor de boca es malo, vamos ganando sí, pero si este partido le hacemos con otro ya nos hubiera barrido. La segunda parte es poco más o menos lo mismo que en la primera, falta de intensidad y de ritmo, muchos errores, pero los minutos siguen pasando rápido. De vez en cuando pregunto el resultado y la contestación es siempre la misma, ganamos de cinco ¿como? pues porque desde luego los chicos del equipo contrario no nos ponen en dificultades. Finalmente termina el partido. Queda un tiro de falta, pero las ganas que tenemos que termine no son solamente nuestras sino que hasta el propio árbitro, con el beneplácito del entrenador, decide acabar aquí este encuentro.
Hoy me es imposible decir quien ha jugado bien, no encuentro ninguna linea que haya funcionado, quizás por el estreno como goleador me quede con Víctor Manuel y por los primeros minutos me quede con Víctor Granados, la cosa va de Víctor, me faltó uno que no estuvo muy acertado pero al que siempre animo a que lo siga intentando pues es el que más potencia tiene en el tiro.
Por fortuna este mal partido le terminamos ganando, al final lo que quedan son los resultados, ojalá los chicos despierten porque lo que viene ahora es una cuesta gorda, asequible si juegan bien, pero eso dependerá de ellos.
¡Que frío!