Jugabamos contra el Getasur. Esa noche hubo más de uno que no descansó. No sabían a quien se enfrentaban, tenían miedo a hacer un mal partido, a no estar a la altura.
¡Quien sabe si la suerte se alió con nosotros!. No pudimos celebrar el partido porque el polideportivo tenía goteras, cuanto menos curioso porque era nuevo.
Al final lo que debía ser el primer partido quedó en un entrenamiento con el otro equipo. La sensación es que no parecía tan imposible ganar partidos. Si hubiera sido un partido quien sabe lo que hubiera pasado, pero hubiera estado bastante igualado.
Nuestros chicos dentro del enfado por no poder jugar se van contentos, los padres también. Es posible que podamos ganar partidos aunque vemos que les falta mucha disciplina, mucha técnica y sobre todo mucho, mucho fondo.
Por favor si los entrenadores leen esto, los padres estamos de acuerdo en que los apretéis mucho más, tienen que esforzarse para poder estar a la altura del resto de los equipo.
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