El año pasado ya habíamos jugado contra este equipo, sin embargo siempre tienes la incertidumbre de si serán los mismos chicos, si serán nuevos, si serán mejores, peores...... al final hay que jugar el partido para ver que nos encontramos.
Hoy, como en otras ocasiones, hemos tenido dos partidos uno por parte. En esta ocasión han sido tan diferentes que difícilmente podemos pensar que era el mismo equipo el de la primera parte que el de la segunda.
La primera parte ha sido fácil, sin apenas emoción desde el primer minuto en el que nos fuimos en el marcador gracias a un gran ataque en el que el balón circulaba bien y rápido, contraataques fulgurantes hicieron que rápidamente nuestro marcador se pusiera en dos dígitos. Una defensa, que a pesar de algunas lagunas importantes de forma inicial, se fue ajustando para formar un verdadero muro contra el que se topaban una y otra vez nuestros contrincantes. Finalmente llegamos a al descanso con un cómodo resultado, 7-14, quizás el resultado más holgado con el que hemos podido jugar a nuestro favor.
Pero la segunda parte comienza. Que optimistas y relajados estábamos, nunca hemos jugado con un resultado tan amplio a nuestro favor y eso se noto desde el principio. Salimos muy confiados, pensábamos que el partido estaba ganado, pero en esas circunstancias siempre, siempre se dan facilidades a nuestros contrarios y como cabía esperar poco a poco el S.S. se fue acercando poco a poco en el marcador, ellos viniéndose arriba y nosotros cada vez más nerviosos, cada vez más miedo, cada vez más imprecisos en ataque y en defensa y el S.S. cada vez más cerca. Como cabía esperar viendo la segunda parte terminamos cruzando los dedos y pidiendo la hora porque cada ataque nuestro era una perdida y cada defensa un gol. Visto desde arriba, desde la grada, las cosas quizás se vean de otra manera y aún a riesgo de equivocarme voy a dar los motivos por los que ha pasado esto:
- Sobre todo un exceso de confianza tremendo. Ya habíamos ganado el partido en la primera parte y la segunda fue para pasar el rato sin saber la tormenta que se nos venía encima. En definitiva un menosprecio al adversario.
- No saber jugar con el marcador. Ganábamos de 7 goles y no teníamos que correr con el balón, son los otros jugadores los que tienen que correr. No es lógico hacer jugadas de 30 segundos para acabar perdiendo el balón.
- Dos balones al larguero, alguno al póster que hubieran podido subir al marcador si la suerte hubiera estado con nosotros.
- Un tiempo muerto en el momento adecuado hubiera valido para cortar el ritmo del contrario, sin embargo se acabó el partido sin haberlo perdido.
- Por último los nervios jugaron en contra nuestra. La situación está claro que la creamos nosotros y que después no supimos reaccionar. Con poquito más que hubiéramos hecho en la segunda parte no habríamos pasado estos apuros.
Finalmente hemos ganado el partido 19-21 pero nos vamos con una sensación agridulce. Dentro de un tiempo no nos acordaremos de los apuros pasados y quedará solo el resultado, pero no hay que olvidar, hay que quedarse con lo bueno, con la primera parte tan buena que hicimos y tratar de mejorar los errores que cometimos en la segunda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario